El impactante efecto de la política de energía verde de Europa en la competitividad de la IA: la realidad creada por el doble costo de la electricidad
Recientemente, al leer un informe del Wall Street Journal, quedé realmente sorprendido. Que la diferencia en las políticas de energía verde entre Europa y Estados Unidos esté afectando tan directamente la competitividad de la industria de la IA es impactante. A diciembre de 2025, este problema parece haber emergido como una variable clave en la competencia por la hegemonía tecnológica global, más allá de una simple diferencia en políticas ambientales.

Lo más impactante fueron las cifras. El costo promedio de la electricidad industrial en la Unión Europea es aproximadamente el doble que en Estados Unidos. Según el análisis de la Agencia Internacional de Energía (IEA), Alemania tiene el costo de electricidad doméstica más alto, mientras que el Reino Unido tiene el costo de electricidad industrial más alto. Esto no es solo un problema de altos costos de electricidad, sino que se ha convertido en una barrera crítica para la operación de centros de datos, que son la infraestructura clave de la revolución de la IA.
De hecho, la política de energía verde de Europa ha logrado resultados considerables. La reducción de aproximadamente un 30% en las emisiones de carbono en comparación con 2005 es una cifra impresionante incluso en comparación con la reducción del 17% de Estados Unidos. Sin embargo, los costos ocultos detrás de este logro parecen estar saliendo a la luz ahora. Considerando la enorme inversión en infraestructura para energía eólica y solar, y el vasto sistema de energía de reserva necesario para estas fuentes de energía volátiles, el costo total del sistema no podía sino aumentar significativamente.
La observación del profesor Dieter Helm de la Universidad de Oxford fue particularmente impresionante. Su análisis de que “el costo total del sistema relacionado con la reducción de carbono está impulsando el aumento de los costos de electricidad” parece tocar el núcleo del problema. Personalmente, creo que debemos prestar atención a las advertencias de algunos académicos de que los costos actualmente ocultos por subsidios e impuestos al carbono se harán más visibles en el futuro.
El impacto real de la suspensión de la construcción de centros de datos
El ejemplo más concreto e impactante está ocurriendo en Irlanda y Alemania. El gobierno irlandés ha declarado que suspenderá la construcción de nuevos centros de datos hasta 2028, ya que estos consumen una quinta parte de la electricidad nacional. Al considerar cuánta electricidad necesitan servicios de IA generativa como ChatGPT o Gemini de Google para el aprendizaje y la inferencia, se puede entender la gravedad de la situación.
La situación en Frankfurt, Alemania, es similar. Una empresa operadora de centros de datos planeaba expandir dos centros, pero los proveedores locales de electricidad prevén retrasos en el suministro de más de 10 años, lo que hace que el plan sea prácticamente imposible. En este contexto, es imaginable lo difícil que será para empresas tecnológicas globales como Microsoft o Google expandir su infraestructura de IA en Europa.
El caso de Microsoft Corporation (sede: Redmond, Washington) lo ilustra claramente. Para esta empresa, que centra su negocio en los servicios de computación en la nube y IA, los altos costos de electricidad en Europa y las restricciones en la construcción de centros de datos son factores limitantes directos para su crecimiento. La inversión en infraestructura en el mercado europeo para expandir los servicios de IA a través de Azure y la asociación con OpenAI se está volviendo cada vez más difícil.
Por otro lado, Alphabet (sede: Mountain View, California) de Google enfrenta desafíos similares. Para el aprendizaje y la prestación de servicios del modelo de IA Gemini, son esenciales grandes centros de datos, pero los costos de electricidad y las restricciones de suministro en Europa parecen estar afectando significativamente su estrategia global de IA.
La ventaja competitiva creada por la estrategia energética flexible de Estados Unidos
En contraste, el enfoque de Estados Unidos es realmente interesante. El plan anunciado por el presidente Trump de cuadruplicar la producción de energía nuclear para 2050, y la política energética equilibrada que combina combustibles fósiles y energías renovables, son ejemplos de ello. Esto es completamente diferente de países como Alemania, que todavía insisten en abandonar la energía nuclear.
La reciente política de relajación de las regulaciones de eficiencia de combustible para automóviles también fue impresionante. La reducción del estándar CAFE para los modelos de 2031 de 50 millas por galón a 34.5 millas por galón es un ejemplo. Las declaraciones del presidente Trump de que “las personas han estado pagando demasiado por autos que no funcionan correctamente” y que “ahora tendrán autos excelentes que son ecológicos, mucho más baratos y funcionan bien” muestran claramente el enfoque de Estados Unidos en la practicidad y la economía.
El impacto de estas diferencias políticas en la competitividad industrial ya es visible. Las empresas estadounidenses están en una posición mucho más favorable para asegurar los recursos de computación a gran escala necesarios para el desarrollo de IA. Solo hay que ver a Tesla (sede: Austin, Texas). Al impulsar simultáneamente la fabricación de vehículos eléctricos y el desarrollo de IA para conducción autónoma, ha podido construir eficientemente la infraestructura necesaria para operar grandes centros de datos y entrenar modelos de IA, gracias a los costos de electricidad relativamente bajos.
Personalmente, creo que esta situación también tiene implicaciones significativas para Corea. Podría influir en la política energética de Korea Electric Power Corporation (015760) y en las estrategias de empresas relacionadas con la energía como Hanwha Aerospace (012450) y Doosan Enerbility (034020). Especialmente si Corea quiere emerger como una potencia en IA, es esencial un suministro de electricidad estable y económico para la operación de centros de datos, y el caso de Europa subraya la importancia de una política energética equilibrada.
En realidad, el núcleo de este problema no es simplemente que las energías renovables sean malas, sino la velocidad y el modo de transición. Mientras que Europa, al abandonar demasiado rápido las fuentes de energía existentes, ha perdido simultáneamente la estabilidad y la economía del suministro eléctrico, Estados Unidos está proporcionando de manera estable la electricidad necesaria para el desarrollo industrial al combinar diversas fuentes de energía. Esta diferencia está llevando finalmente a una brecha en la competitividad en industrias intensivas en energía como la IA.
Si esta tendencia continúa, parece probable que el panorama de la industria global de IA se reconfigure aún más en torno a Estados Unidos. Las empresas europeas podrían quedar cada vez más rezagadas en el desarrollo y la prestación de servicios de IA debido a los altos costos de electricidad y las restricciones de infraestructura. Por supuesto, Europa podría reconocer estos problemas e intentar ajustar sus políticas, pero cambiar un sistema ya establecido requerirá tiempo y costos considerables. En última instancia, parece que estamos confirmando nuevamente que la elección de políticas energéticas no es simplemente una cuestión ambiental, sino un tema estratégico directamente relacionado con la competitividad nacional.
Este artículo fue escrito después de leer un artículo de Maeil Business, añadiendo opiniones y análisis personales.
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